Basta


Ahora soy yo quien dice “Basta”. Agotada estoy de lidiar con las manías de este combate inútil a ninguna parte. Ahora yo, la de siempre, retiro las palabras dichas, antes que ver cómo se pisan. Ahora, cansada de una retórica sin asiento, me declaro ausente de complejos, y decidida a no aceptar ninguno más. Basta de vida artificial y conexiones infecundas, conviene no extender lo impostergable. Por esto, de una vez por todas, defino el final de las diatribas que siempre agonizaron en el mismo punto. Basta de sentencias que giran a conveniencia, para usarlas como flechas sin blanco con la única finalidad de convertirse en víctima y a mí, en Verduga sin consultarme.Creí moverme en terrenos maduros de paso obligatorio Basta de aclaratorias obvias, no daré clases para explicar que el ego no es lo mismo que la autoestima.De abandonos mientras dicen amarme, estoy harta. Por eso me encuentro sola hasta que llegue quien de veras tome la espada con sus manos y no huya cuando un mínimo error nos acontece. Detesto los hombres sacrificables. Admiro la valentía de quien lucha por lo que ama y no la cobardía de guerrear sólo por obtener el final de mi rabadilla.No estoy en este mundo para cambiar a nadie ni para que reivindiquen mis fracasos mientras hacen caso omiso a mis virtudes. El momento perdido, no se recaptura y el pasado nadie puede ya predecirlo.Ya he leído suficiente de obstáculos imaginarios, de traumas que no son míos y que no se superan, de conformismo voluntario y resignado a un destino mejorable, pero que, en definitiva, no es mi problema.Ahora sí ahuyento cualquier posibilidad. Que no me duelan cuerpos ajenos ni heridas forasteras. Ya basta de atraer las desdichas y predecir el futuro. De una vez por todas, expreso no ser una efigie que sirva de pretexto para ofensa alguna.Tengo una extensa playa entre las piernas que solo recibe un amor sano, auténtico, despojado de truenos que malogren los navíos. La vida está en cubierta, mientras observo cómo se acercan las bahías. Nunca en sótanos que auguran tempestades.Esperé suficiente, aguantando de rodilla los misiles. Basta. No requiero de claves ni códigos secretos porque respeto la autonomía del ser humano y no soporto que me cuelguen letreros de invasora como coartada para desertar de una relación, cuando se está en el umbral del paraíso. Basta también de repetir que amé esa piel, esa voz y esos ojos, esperando con paciencia que la vida dictara las pautas mientras me diagnosticaron el fracaso. Yo recorrí ese cuerpo como si diera la vuelta al mundo mientras ese cuerpo solo pensaba en fusilarme. Basta de arrepentimientos y segundas vueltas.Estoy demasiado viva para perder el tiempo valioso que me queda en discusiones fútiles de náufragos que se niegan a nadar hasta la orilla.Ya no importa ser fidedigna. No tiene caso aportar pruebas axiomáticas. No hay nada que demostrar. Siempre fui obvia y traslúcida.Me largo con mi dignidad a cuestas, como siempre. Ya nada importa ni hay más oportunidades para señalarme, se acabo el juego. Basta.


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