Devoción

intento evadirle
-claudico-
esos dedos hambrientos
son un ejército que avanza
en la selva de pecas que le ofrendo
su temblor
es un engranaje donde se tritura la magia
mi entrega convexa
asesina sus miedos con euforia
y sonríe
mientras derrumba
cada una de mis pretensiones
le amo suave
-palpita-
se arrastra en la fuga
de mi silencio mundano
la penumbra nos traga en cada beso
el futuro no existe
y sólo importa el hambre
de este pecho
demasiado pequeño
para estrechar tantos abismos
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