Decálogo: Clarice Lispector
Escribir es una maldición que salva. Es una maldición porque obliga y arrastra, como un
vicio penoso del cual es imposible librarse. Y es una salvación porque salva el día que se
vive y que nunca se entiende a menos que se escriba.
¿El proceso de escribir es difícil? Es como llamar difícil al modo extremadamente prolijo y
natural con que es hecha una flor.
No puedo escribir mientras estoy ansiosa, porque hago todo lo posible para que las horas
pasen. Escribir es prolongar el tiempo, dividirlo en partículas de segundos, dando a cada
una de ellas una vida insustituible.
Escribir es usar la palabra como carnada, para pescar lo que no es palabra. Cuando esa no-
palabra, la entrelínea, muerde la carnada, algo se escribió. Una vez que se pescó la
entrelínea, con alivio se puede echar afuera la palabra.
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