Decálogos: EDGAR ALLAN POE





1. [Saber hacia dónde se va: empezar por el final] En la manera habitual de estructurar un relato se comete un error radical... El autor se pone a combinar acontecimientos sorprendentes que constituyen la base de su narración, y se promete llenar con descripciones, diálogos o comentarios personales todos los huecos que a cada página puedan aparecer en los hechos... Por mi parte, prefiero comenzar con el análisis de un efecto. Me  digo en primer lugar: de entre los innumerables efectos de que son susceptibles el corazón, el intelecto o el alma, ¿cuál elegiré en esta ocasión?

2. [Un solo efecto, una sola impresión] El punto de mayor importancia es la unidad de efecto o impresión.

3. [Concebir todos los elementos del cuento en función del efecto final] Luego de escoger un efecto novedoso y penetrante, me pregunto si podré lograrlo mediante los incidentes o por el tono general... entonces miro en torno de mí, en procura de la combinación de sucesos o de tono que mejor me ayuden en la producción del efecto. Si el artista literario es prudente... después de concebir cuidadosamente cierto efecto  único y singular, inventará los incidentes, combinándolos de la manera que mejor lo ayude a lograr el efecto preconcebido.

4. [La extensión del cuento: breve] Lo primero a considerar es la extensión. Si es demasiado larga para ser leída de una sola vez, preciso es resignarse a perder el importantísimo efecto que se deriva de la unidad de impresión... Y sin unidad de impresión no se pueden lograr los efectos más profundos... Si la lectura se hace en dos veces, las actividades mundanas interfieren destruyendo toda totalidad.

5. [Pero no demasiado, nada de microrrelatos] Cierto grado de duración es indispensable para conseguir un efecto cualquiera... Aludo a la breve narración cuya lectura insume entre media hora y dos... La brevedad  extremada degenera en lo epigramático; el pecado de la longitud excesiva es aún más imperdonable... El  cuento breve permite al autor desarrollar plenamente su propósito, sea cual fuere. Durante la hora de lectura, el alma del lector está sometida a la voluntad de aquél. Y no actúan influencias externas o intrínsecas,  resultantes del cansancio o la interrupción.

6. [Estructura compacta: construcción, condensación, precisión] En el cuento, donde no hay espacio para desarrollar caracteres o para una gran profusión y variedad incidental, la mera construcción se requiere mucho más imperiosamente que en la novela. En esta última, una trama defectuosa puede escapar a la observación, cosa que jamás ocurrirá en un cuento.

7. [Importancia del principio] Si su primera frase no tiende ya a la producción de dicho efecto, quiere decir  que ha fracasado en el primer paso.

8. [Importancia del final] La mayoría de nuestros cuentistas parecen empezar sus relatos sin saber cómo van a terminar; y, por lo general, sus finales parecen haber olvidado sus comienzos.

9. [Funcionalidad de todos los elementos] No debería haber una sola palabra en toda la composición cuya tendencia, directa o indirecta, no se aplicara al designio prestablecido.

10. [El poema (el ritmo) de ocupa de lo Bello; el cuento (la prosa), de todo lo demás] El autor que en un cuento en prosa apunta a lo puramente bello, se verá en manifiesta desventaja, pues la Belleza puede ser mejor tratada en el poema. No ocurre esto con el terror, la pasión o multitud de otros elementos...

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