La mujer de altura

Las mujeres grandes dicen que no escriben poesía. Y entonces, bajo un pseudónimo sugerente, paren las letras, acunan las prosas y despiertan fantasías. Desdeñan lo rosa y los camisones de flores, aguardan sin paciencia y con mucha expectativa al hombre de su vida.Juegan en otros brazos al placer del olvido, pero llevan signados un nombre, uno solo, en uno de sus bolsillos.
Las mujeres fuertes no hablan de soledades recién nacidas, fingen fortaleza de guerrera! , proclaman autocontrol con una sonrisa. Jamás se extravían en canales de caricias, aunque mueran por ser sumisas y vencidas heroínas. Las mujeres admirables no se piensan primitivas, no se inmolan, no resucitan, conocen de ceremonias dulces que hechizan y, una vez que atrapan su presa, se vuelven adictivas.
Yo no se si soy de esas que se deslizan, que se vuelven sensuales ante un soplo pequeño de vida, convertidas en murciélagos que evitan la luz del día, que no tienen memoria y acunan el insomnio como filosofía.Ya no se si soy mansa, leal, o paso desapercibida.

Comentarios

Roccocuchi dijo…
Hola... pasaba a saludarte y quería decirte que está muy lindo y amónico tu blog! me gustó!!

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