Mientras nos queríamos demasiado



Con tu desorden hinchado de medias sin pares, asesinamos al miedo, cachorro.
Me embriagaste la vida de risas pequeñas.
Atrapamos dragones que escupían miserias y con tus ojos de media luna, tus manos de banderines coloridos, escondimos las lechuzas que ululaban en las sombras mientras nos queríamos demasiado.



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