Nudos





Pierdo el miedo.
Te acercas y soy otra distinta,
fiera bravía,
peligrosa presencia
Que desencadena tu instinto
oculto, inconcebible.
Separa los labios,
allí estoy yo esperando
que te expongas
A la embestida
que patrocina mi boca.
Suelta el nudo
que tiene tu pecho
y deja que sea yo quien me amarre a tu cuerpo,
ahora,
por siempre.
Que me vuelva felpa suave,
soplo leve,
blando plumaje que recorre tu espalda.
Esculpe las palabras que descienden de tus ojos,
Aquí, en mis hombros,
déjame cargar con eso
ahora, por siempre
Y vuélvete hallazgo de mis dedos,
invención de ese vigor
puesto en tela de juicio.
Permite que convierta el momento
en mi rito predilecto,
ahora, por siempre
que me vuelva piel y carne y apetito,
derroche de mi desnudez,
arte con el que envuelvo
tus miedos, tus maneras,
posando mis manos,
en el sitio donde enloquece tu hombría,
y déjame quedarme allí,
como un lazo
que no ha de desprenderse
de tu alma
ahora, por siempre.

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