Que no vuelva

Ese gozo perverso de compartirle, llena de insectos mi entorno.
Derribo muros, mis pisadas se disfrazan, la paciencia se pudre
y la magia no fue más que un buen programa de medianoche.
Ya no espero retornos inútiles,
donde la verborrea se derrame por gusto para obtener bajas pasiones.
No vuelvas.
No quedan sino abismos profundos donde se suicidan entelequias.
Comentarios